En mi caso sabía bastante bien dónde iba, pues la Fundación Hombres Nuevos de España, nos dio unas directrices y una información bastante concreta sobre cómo sería nuestra vida allí, aunque repito, hay que vivirlo. Llegas y te sientes perdida, casa nueva, compañeras y compañeros nuevos, nuevo barrio, nuevo país, y debes estar predispuesta a lo que venga, respetar todo aquello que a ti hace que te quiebre la cabeza, porque, al fin y al cabo, es una salida enorme de tu zona de confort.
Aunque el idioma fuese el mismo, las costumbres, las creencias, las ideas, las expresiones, la forma de trabajar, el ritmo diario, los horarios y un millón de cosas más, cambiaban radicalmente. Así que únicamente queda dejarse llevar, con la mejor energía posible, y dejar granitos de arena en cada ocasión que puedas, así como dejarte impregnar de los granitos de arena que puedan ofrecerte las demás personas.
Mis funciones fueron crear talleres para adolescentes en institutos y ayudar en el área de formulación de proyectos. De primeras, no estaba muy satisfecha con mis tareas, me tocaba tirarme horas frente a un ordenador, ¡justo lo que quiere cualquier voluntaria que cruza el charco!, pero con el paso de los días, de las semanas, te haces consciente de la utilidad que quizá pueda tener ese granito de arena que has aportado, hasta que llegó al punto de hacerme ilusión tirarme horas frente a ese ordenador.
Me considero una persona bastante crítica con el tema de la Cooperación internacional, la cooperación ¿norte, sur? Es obvio que es poner parches a un sistema que no funciona (para algunas y algunos), que quizá esos parches retrasen un cambio real y drástico del funcionamiento del sistema, pero como ese cambio parece cada vez más imposible, no está de más dedicar tu tiempo a conocer, aprender y descubrir, nuevos lugares, personas, tradiciones, músicas, formas de vida que te ayudan a disminuir tus prejuicios y a abrir un poco las mentes cerradas que tenemos desgraciadamente la mayoría de las personas.
Ser voluntaria no es un gesto altruista, al menos yo no lo creo, porque te llevas muchísimo más de lo que dejas allí, sin pasar por alto la oportunidad que te da para viajar y conocer sitios impresionantes. Las obligaciones que nos da nuestra forma de vida, con los años, no nos permiten o nos dificultan hacer este tipo de cosas, así que aprovechad el momento cuando se os presente alguna oportunidad así.