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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

25.03.2020

AMIGO FRAY AGUSTÍN BÉCARES

Otra víctima del coronavirus. Acaba de fallecer hoy 25 de marzo de 2020, en Palencia el agustino y miembro del Consejo Presbiteral de la Diócesis en representación de los religiosos, Fray Agustín Bécares Pérez. Siento necesidad, amigo Bécares de acompañarte en tu partida y decirte una palabra cariñosa, reconocida en tu despedida.

La noticia nos deja sin palabras, solo dolor en el corazón, esperanza en el alma y oración reiterada en los labios.

Agustín, amigo, te conocí en el tercer año de bachillerato en nuestro Seminario Menor de Palencia. Recién llegado de Roma, acompañaba tu curso, como Padre Espiritual, con aires nuevos, espíritu renovador. Éramos, si mal no recuerdo, 54. Tú, Agustín no pasabas desapercibido, ya despuntaba en ti el filósofo, el cuestionador, el adolecente inquieto que siempre tenías mil preguntas. Era innato en ti interrogar, preguntar hasta llegar al fin de las cuestiones planteadas; incluso cuando nos planteábamos una educación más humana y enraizada en el Evangelio.

Te recuerdo a lado de tu amigo el P. Francisco Prada Vicente, el matemático, dando masajes a “los conjuntos”, que entonces estaban de moda en la currícula escolar.

Ya destacabas desde la adolescencia como excelente compañero, servicial, en ejercicio permanente y compañerismo. Y así lo practicaste toda tu vida, de misionero en Cafayate, en Colombia, donde te envié yo, siendo Provincial, a hacer carrera de Ciencias.

Tú siempre fuiste el Bécares servicial, buen compañero, el filósofo, el hombre de las mil preguntas. Y siempre destacando por tu bondad, acogida y cariño, aunque las formas no fuesen las más adecuadas.

Culminó tu vida en ese servicio, a fondo perdido, en nuestra residencia de adultos mayores de Palencia. Siempre acompañaste con esmero al obispo emérito de Palencia, cuando se encontraba allí. Siempre pendiente, servicial y amigo. Como en los buenos tiempos del 3º de bachillerato, siguieron las preguntas, los cuestionamientos, a veces las discusiones calurosas, como aquella sobre la Pastoral de las Vocaciones en la que Luis Urturi, Pedro Miguel y yo hacíamos un frente común, defendiendo que hay que invertir más recursos humanos y económicos, sin dejar de rezar, para tener vocaciones. Como en todas las discusiones no llegábamos a ningún acuerdo. Pero en medio de la discusión, descubríamos que Agustín Bécares, además de creyente, era una persona buena, servicial, comunitario, agustino convencido, hombre de bien, que hacía el bien a manos llenas. Seguro que ahora Agustín Bécares, discute con Dios.

Amigo Agustín, me duele tu partida en soledad, y con tu santa madre, a quien siempre cuidabas, lloramos, rezamos y tenemos esperanza que pronto nos encontraremos en el Reino.

Amigo Agustín, descansa en paz.